Aspectos no tan gaiteros de la gaita....
Para cualquier gaitero, de los que sienten y palpitan cada segundo con la gaita, le es difícil definir, describir lo que “ella” representa en su vida. Tal como el Flamenco, Jazz o el Tango, la Gaita Zuliana es expresion musical que poseen encanto, atmosfera y espiritu, que la eleva mas alla de melodia, armonia y ritmo.
Pudiera simplificarse esto si cada gaitero, en este caso cada Guayacucho explique como la gaita ha protagonizado su vida. Entonces en mi caso puedo contribuir con mi vivencia a lado de la gaita zuliana, que respetándola tal y como es, inmutable, se ha mantenido presente en vida como músico y como persona en general.
De paso, aprovecho para resaltar que la Gaita Zuliana interpretada en Guayana estuvo de la mano de Robin Piñerua, El Indio Balbas, Hermanos Zapata y Hermanos Rodriguez, en Campo A de la nacionalizada Orinoco Minnig Company, actual Ferrominera. Muchisimo antes de existir Villa Colombia, ni Mendoza, sitios de donde algunos ligeros de investigacion dan como origen a la Gaita Zuliana en Guayana.
La primera razón por la cual me apasiona la gaita zuliana es porque no es una música que te atrae atrajo, sino que más bien te hace sentir que es la música para la cual se estaba hecho a la medida. Con esto explico que cada gaitero está predestinado a serlo, no hay gaitero “fabricado” o “preparado”, para la gaita se “nace” gaitero.
En el caso de Guayacuchos, además de tocar instrumentos, componer letras y melodías, existe toda una atmosfera que rodea el grupo gaitero; muchos del grupo mencionan jocosamente que Guayacuchos es una “logia”, pues prácticamente desde época de liceo hasta casi bautizando nietos, permanecemos los mismos y nos apreciamos cada vez más. En la misma onda se preguntan unos a otros “¿Y hasta cuándo?”, pues es como una interminable relación de camaradería o hermandad gaitera que no se le ve fin. Con esto deseo plasmar muy elementalmente el espíritu guayacucho.
Por otra parte está pendiente crónicas de cada temporada, porque las anécdotas son incontables. También se puede comentar los apodos o sobrenombres, tales como: “Orejón” Gilberto Hernández, “Pepitona” Néstor Pérez, “Gato” Freddy Fernández, cada uno tiene su origen en una situación no muy seria, se deben de imaginar. Hemos tenido en alguna oportunidad, y estamos tratando de ubicar un ejemplar de un “Comic” que publicamos en 1994 de manera artesanal. Las caricaturas no se hacen esperar cada vez que algún “dibujante” toma lápiz y papel.
Por nuestras filan han pasado infinidad de gaiteros que siempre se mantendrán sentimientos de amistad. Y cuando casual o intencional hay un reencuentro los cuentos y anécdotas son interminables, por lo que se puede decir al menos Guayacuchos fomenta la buena memoria y ayuda a olvidar algún mal momento o diferencia, si en alguna ocasión sucedió.
Javier Porras
Ene 2013
Pudiera simplificarse esto si cada gaitero, en este caso cada Guayacucho explique como la gaita ha protagonizado su vida. Entonces en mi caso puedo contribuir con mi vivencia a lado de la gaita zuliana, que respetándola tal y como es, inmutable, se ha mantenido presente en vida como músico y como persona en general.
De paso, aprovecho para resaltar que la Gaita Zuliana interpretada en Guayana estuvo de la mano de Robin Piñerua, El Indio Balbas, Hermanos Zapata y Hermanos Rodriguez, en Campo A de la nacionalizada Orinoco Minnig Company, actual Ferrominera. Muchisimo antes de existir Villa Colombia, ni Mendoza, sitios de donde algunos ligeros de investigacion dan como origen a la Gaita Zuliana en Guayana.
La primera razón por la cual me apasiona la gaita zuliana es porque no es una música que te atrae atrajo, sino que más bien te hace sentir que es la música para la cual se estaba hecho a la medida. Con esto explico que cada gaitero está predestinado a serlo, no hay gaitero “fabricado” o “preparado”, para la gaita se “nace” gaitero.
En el caso de Guayacuchos, además de tocar instrumentos, componer letras y melodías, existe toda una atmosfera que rodea el grupo gaitero; muchos del grupo mencionan jocosamente que Guayacuchos es una “logia”, pues prácticamente desde época de liceo hasta casi bautizando nietos, permanecemos los mismos y nos apreciamos cada vez más. En la misma onda se preguntan unos a otros “¿Y hasta cuándo?”, pues es como una interminable relación de camaradería o hermandad gaitera que no se le ve fin. Con esto deseo plasmar muy elementalmente el espíritu guayacucho.
Por otra parte está pendiente crónicas de cada temporada, porque las anécdotas son incontables. También se puede comentar los apodos o sobrenombres, tales como: “Orejón” Gilberto Hernández, “Pepitona” Néstor Pérez, “Gato” Freddy Fernández, cada uno tiene su origen en una situación no muy seria, se deben de imaginar. Hemos tenido en alguna oportunidad, y estamos tratando de ubicar un ejemplar de un “Comic” que publicamos en 1994 de manera artesanal. Las caricaturas no se hacen esperar cada vez que algún “dibujante” toma lápiz y papel.
Por nuestras filan han pasado infinidad de gaiteros que siempre se mantendrán sentimientos de amistad. Y cuando casual o intencional hay un reencuentro los cuentos y anécdotas son interminables, por lo que se puede decir al menos Guayacuchos fomenta la buena memoria y ayuda a olvidar algún mal momento o diferencia, si en alguna ocasión sucedió.
Javier Porras
Ene 2013
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